Mientras dormía tuve un extraño sueño en el cual tenía en mis manos los cuatro anillos elementales que regían el reino a manos de nuestro rey Asreth Revian Primarius , el cual se encontraba muerto delante mio junto a su progenie, no me sentía en absoluto asustada hasta que, al voltear, miré a alguien inmóvil justo detrás mio...tenía el rostro cubierto y me acerqué para descubrirselo, pero antes de que pudiera tocarlo, tomó mi mano... los anillos cayeron al suelo y....
-Vorel...hija mía, despierta...tienes que ir a asearte al río antes de comenzar nuestro primer entrenamiento- Mi padre comenzó a sacudirme, di media vuelta y seguí recostada... él fue por un balde de agua fría y la soltó justo en mi cara.
-¡Ya voy! - dije enfurecida mientras me levantaba y lo empujaba hacia un lado. Mi padre reía por lo bajo para no despertar a mi madre.
-Toma, preparé tus ropas de hoy..- Dijo y me entregó mi bolso de cuero. Lo tomé aún molesta y salí, como siempre, por la parte trasera de la casa que se encontraba a unos pasos del bosque "Siempre en tinieblas".
Ese bosque tenía mala fama, aunque yo no sabía por que pues solo se encontraba dentro de un espeso banco de niebla, pero que mas puedo decir... la gente es muy supersticiosa. A mi parecer era fascinante y lo que mas me gustaba era el lago que se encontraba en la parte este del inmenso bosque, desde que recuerdo ese siempre ha sido "mi lugar especial". Al llegar ahí me despojé de mis ropas, que mas que eso, eran harapos cocidos hábilmente por mi madre pues no nos podíamos dar el lujo de comprar telas nuevas ya que la construcción de la casa había acabado con nuestros ahorros, según relatos de mi madre...
El agua como siempre estaba helada como el infierno...así que me dí un rápido chapuzón y salí a vestirme, guardé mi ropa mojada y limpia en el bolso que llevaba, pero al querer regresar a casa vi avensinarse una sombra, no era mi padre...era alguien más pequeño, tampoco era algún animal salvaje...
Me asusté y corrí a esconderme detrás de una gran roca...al llegar la sombra al lago pude ver que era un chico, no mayor a mi edad, apuesto y se notaba que era de buena familia...¿Qué hacía él ahí?...
La niebla comenzó a hacerse mas densa, tenía que regresar a casa pues los primeros rayos del Sol comenzaban a aparecer....por suerte conocía el lugar como la palma de mi mano y me escurrí entre los matorrales para no ser notada por aquel muchacho...
Al llegar a casa mi padre se encontraba en el jardín esperándome junto con otro señor.... ¿Por qué mi padre deja que la gente del pueblo me vea?...¿Quién era él?.... Un millón de preguntas invadieron mi mente....
-¡Vorel! Hija... ¡Apresúrate!- Mi padre gritaba emocionado mientras agitaba las manos...
Al acercarme más noté que no era alguien del pueblo, era ni más ni menos que Pyros de Karanlik el total y absoluto líder del ejército del reino. No podía creerlo... ¿Qué hacía él en el patio de nuestra casa?.
Quedé pasmada...
A su lado reconocí un silueta, era el chico del río. ¿Cómo pudo haber llegado antes que yo?
Caminé más aprisa hasta llegar con ellos.
-Con que ella es Vorel... mucho gusto yo soy Pyros, supongo has escuchado hablar de mi. -
Me sonrojé ante él, era un completo honor el que me estuviera hablando...mi padre estaba feliz, pero por el contrario mi madre no salió de su recamara.
-Tu padre me ha contado todo y pienso ayudarle, esa idea suya de que una mujer entre al ejército disfrazada de hombre.. ¡Valla que locura! Pero como sabrás debes pasar una prueba.-
No paraba de sonreír, me encontraba muy emocionada.