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jueves, 26 de julio de 2012

Capítulo 2 -Pyroz de Karanlik-

Mientras dormía tuve un extraño sueño en el cual tenía en mis manos los cuatro anillos elementales que regían el reino a manos de nuestro rey Asreth Revian Primarius , el cual se encontraba muerto delante mio junto a su progenie, no me sentía en absoluto asustada hasta que, al voltear, miré a alguien inmóvil justo detrás mio...tenía el rostro cubierto y me acerqué para descubrirselo, pero antes de que pudiera tocarlo, tomó mi mano... los anillos cayeron al suelo y....

-Vorel...hija mía, despierta...tienes que ir a asearte al río antes de comenzar nuestro primer entrenamiento- Mi padre comenzó a sacudirme, di media vuelta y seguí recostada... él fue por un balde de agua fría y la soltó justo en mi cara.
-¡Ya voy! - dije enfurecida mientras me levantaba y lo empujaba hacia un lado. Mi padre reía por lo bajo para no despertar a mi madre.
-Toma, preparé tus ropas de hoy..- Dijo y me entregó mi bolso de cuero. Lo tomé aún molesta y salí, como siempre, por la parte trasera de la casa que se encontraba a unos pasos del bosque "Siempre en tinieblas".
Ese bosque tenía mala fama, aunque yo no sabía por que pues solo se encontraba dentro de un espeso banco de niebla, pero que mas puedo decir... la gente es muy supersticiosa. A mi parecer era fascinante y lo que mas me gustaba era el lago que se encontraba en la parte este del inmenso bosque, desde que recuerdo ese siempre ha sido "mi lugar especial".  Al llegar ahí me despojé de mis ropas, que mas que eso, eran harapos cocidos hábilmente por mi madre pues no nos podíamos dar el lujo de comprar telas nuevas ya que la construcción de la casa había acabado con nuestros ahorros, según relatos de mi madre...
El agua como siempre estaba helada como el infierno...así que me dí un rápido chapuzón y salí a vestirme, guardé mi ropa mojada y limpia en el bolso que llevaba, pero al querer regresar a casa vi avensinarse una sombra, no era mi padre...era alguien más pequeño, tampoco era algún animal salvaje...
Me asusté y corrí a esconderme detrás de una gran roca...al llegar la sombra al lago pude ver que era un chico, no mayor a mi edad, apuesto y se notaba que era de buena familia...¿Qué hacía él ahí?...
La niebla comenzó a hacerse mas densa, tenía que regresar a casa pues los primeros rayos del Sol comenzaban a aparecer....por suerte conocía el lugar como la palma de mi mano y me escurrí entre los matorrales para no ser notada por aquel muchacho...

Al llegar a casa mi padre se encontraba en el jardín esperándome junto con otro señor.... ¿Por qué mi padre deja que la gente del pueblo me vea?...¿Quién era él?.... Un millón de preguntas invadieron mi mente....

-¡Vorel! Hija... ¡Apresúrate!- Mi padre gritaba emocionado mientras agitaba las manos...

Al acercarme más noté que no era alguien del pueblo, era ni más ni menos que Pyros de Karanlik el total y absoluto líder del ejército del reino. No podía creerlo... ¿Qué hacía él en el patio de nuestra casa?.
Quedé pasmada...
A su lado reconocí un silueta, era el chico del río. ¿Cómo pudo haber llegado antes que yo?
Caminé más aprisa hasta llegar con ellos.

-Con que ella es Vorel... mucho gusto yo soy Pyros, supongo has escuchado hablar de mi. -

Me sonrojé ante él, era un completo honor el que me estuviera hablando...mi padre estaba feliz, pero por el contrario mi madre no salió de su recamara.

-Tu padre me ha contado todo y pienso ayudarle, esa idea suya de que una mujer entre al ejército disfrazada de hombre.. ¡Valla que locura! Pero como sabrás debes pasar una prueba.-

No paraba de sonreír, me encontraba muy emocionada.







jueves, 19 de julio de 2012

Capítulo 1 -Metamorfosis-



Erase una vez un antiguo reino llamado Salmandus donde la abundancia y los bajos impuestos lo hacían algo utópico para todos sus habitantes. Mis padres y yo vivíamos en una choza, en la parte sur del reino... a esa zona se le llamaba "los refugiados" pues todos los que se encontraban ahí habían llegado de otros lugares y se establecieron. La vida ahí era muy difícil y mas para alguien como yo, pues ser hija adoptiva y tener que mantener el secreto no era fácil, mas sin embargo, mi madre nunca me dejaba salir a no ser que fuera al patio trasero....

Ella pacientemente trataba de inculcarme cada día los deberes del hogar y como ser una buena esposa, pero cada vez debía arruinar las lecciones del día ya fuera por envenenamiento en la comida, inundar la casa, quemar los utensilios de cocina, en fin... todo eso y hasta lo inimaginable.

Desde entonces, pasaba los días divagando en la mente, dormida o simplemente observando a mi madre.

-Doneth, querida... ¿Dónde está Vorel? Quiero proponerle algo para acabar con sus días de aburriemiento- escuché a mi padre decir mientras entraba feliz a la casa.

- ¡Aquí estoy padre!- Salí corriendo de mi recamara antes de que mi madre pudiera responder.

- ¡Oh mi encantadora Vorel! Ven conmigo... quiero decirte algo, pero que tu madre no se entere...-

Vió por el rabillo de su ojo a mi madre , que se acercaba molesta.

-¡Qué estás tramando Augustus!- dijo...y posó sus manos sobre los hombros de mi padre.

-Querida, tranquila.... Ven, siéntate junto a mi, lo que voy a decir es importante...-

Al decir eso, mi madre y yo nos sentimos inquietas, que sería lo que nos iba a decir que fuese tan importante.. Mi padre suspiró y comenzó a hablar.

-Vorel de Ventus.... tanto tú, como tu madre saben que no eres buena para los deberes, pero ya no es posible que sigas sin hacer algo para tu futuro, eres nuestra única hija y quiero lo mejor para ti...-

Su voz empezó a tornarse mas grave y mi madre me miraba con preocupación...ella sabía lo que mi padre estaba pensando y no le agradaba la idea, mas sin embargo....parecía que no diría palabra alguna en contra cuando le escuché aclarar su garganta...

-Pero.... Augustus, tu sabes a lo que te arriesgas si te atreves a...-

Antes de que la dejara terminar mi padre alzó la voz y respondió agitado.

-¡Que crees que no se las consecuencias que podrían traerle a la niña con esta decisión!-

Volteó a verme y me clavó hondo su mirada.

-Vorel, tu no eres sangre de mi sangre, pero los siete años que llevas conmigo y tu madre han sido suficientes para sentirte como si lo fueras, por eso me atrevo a pedirte que aceptes te enseñe a usar la espada y el noble arte del combate.....-

Guardó silencio...sus ojos quedaron viendo a la mesa mientras se sentaba, mi madre tomo su mano y esperaron respuesta de mi parte.

-Padre....-

Le dije casi susurrando, él levantó la mirada. En mi había una gran sonrisa y mi cuerpo parecía arder en llamas.

-¡Oh, padre, me haces tan feliz! Como rechazar tal oferta por parte tuya.-

Nos abrazamos, mientras mi madre se levantaba de la mesa dirigiéndose a la cocina, al darse la vuelta traía entre las manos las tijeras.

-Hija mía... ahora debemos hacerte pasar desapercibida ante todos, llegarás a ser grande y figurarás en la lista del noble ejercito que custodia la felicidad del reino...-

Se acercaba lento y jugaba con las tijeras en sus manos, al llegar a mi...tomó un mechón de cabello...y lo cortó de tajo; quedé pasmada...y de mis ojos se escaparon unas lágrimas mientras mi madre seguía cortando. Cuando terminó...mi cabello cubría mi cuello y orejas, no podía dejar de sentir los bordes..me encontraba en shock total... mi cabello, que antes llegaba a mi cintura...había desaparecido.
Mi madre me abrazó fuertemente, me levanté y me acompañó a mi cuarto... al acostarme quedé dormida casi inmediatamente.